Durante su nacimiento y desarrollo en el último cuarto del siglo XX, la cultura humana asistió a una transformación cultural profunda, donde el valor de la historia narrativa se enriquece con la participación de un lector que comienza a volverse jugador o protagonista.
Este cambio se ha manifestado de una manera o de otra en toda lectura posterior. El concepto de experiencia se antepone a las historias lineales, el criterio de selección vence a las antologías; el sentido de asociación práctica se destaca por sobre el enciclopedismo. Así, nace un lector, un intelectual, un pensador, un estudiante, un jugador nuevo.
El texto lineal se descompone en miles de posibilidades paralelas. Junto al nacimiento de los videojuegos, surgen las colecciones de narrativa final múltiple (Elige tu propia aventura) y los juegos de rol. Entramos, durante 1970, a una etapa cultural de criterio selectivo cuya última manifestación tecnológica son las redes sociales. Aún no sabemos qué pensar de las ventajas o perjuicios de esto sobre la acción del conocimiento, pero nunca nos hemos sentido tan “humanistas”.
Por: CHARLIE SERRA para Rayos y Centellas
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