Por Pablo LizaldeEl pasado miércoles 9 se estrenó la última producción de Pixar, Wall-E.
Bajo una historia de amor entre los Robots Wall-E y Eva, Pixar nos plantea una visión dura del futuro, donde la Tierra es un basurero (Wall-E es un robot que compacta basura, no recicla) y los descendientes de los habitantes de la Tierra viven en una ciudad–nave, adormecidos por las telecomunicaciones, corporaciones y el consumo.
Aparecen muchísimos gags que recrean esa idea de burlarse del consumo que utiliza el cyberpunk, como lo hizo Frank Miller en el comic “Hard Boiled”, o la novela “Snow Crash” de Neal Stephenson, entre otros. También muestra la dependencia humana ante los robots multi-funciones que lo hacen absolutamente todo.
Todo este marco futurista con toques cyberpunk es una de los puntos atrayentes de la película, también la expresividad corporal de los personajes principales. Exceptuando las intervenciones del Capitán, hay pocos diálogos a lo largo del film. Pero tampoco esperen la acción de “Los Increíbles” de Brad Bird.
El director de Wall-E, Andrew Stanton, que también dirigió “Buscando a Nemo”, nos propone más un viaje por ese panorama futurístico con una historia de amor, que un guión atrapante como lo ha presentado desde siempre Pixar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario