Los videojuegos han incursionado en diversos géneros a lo largo de su historia. En los 70’s, cuando los juegos eran novedad asombrosa, con una lógica de tenis de mesa “Pong” y arcades similares llenaban las salas. A partir de 1978 y acompañando el delirio Star Wars, “Space Invaders” y otros abrieron la cancha para que los juegos pasapantallas de naves fueran el último estímulo: dos recuerdos de esto son “Gálaga” y “Galaxian”.
Ya se inauguraban los 80’s, época de moda del arcade, de la velocidad de muñeca necesaria para jugar, por ejemplo, a “Mss. Pac.Man” Durante esta década confluyeron dos líneas en la estética juvenil: la épica fantástica y la ciencia ficción, y los videojuegos también reflejaron esto. Fue la década de la nave y la espada.
Los 90´s llegaron a las piñas con Street Figther y Mortal Kombat. Pero también, con la lupa de detective que trajeron a la PC cientos de aventuras gráficas. Esta fue la época donde coexistieron en calidad tecnológica los arcades, las consolas y las computadoras, y también, el momento donde las salas de videojuegos se apagarían para siempre.
¿Qué sucede en el siglo XXI? La impresión que deja Internet sobre los videojuegos es notable. Surge el Multiplayer (Epa! ¿pero no existían ya los arcades con dos palancas?) y los grandes títulos se repiten incansablemente (Silent Hill, Resident Evil, Tomb Raider) lo que evidencia que las ideas nuevas son superadas por los adelantos gráficos. La llegada de las redes sociales acarreó multitud de juegos “oficinísticos”, donde el premio mayor es enviarle una notificación a alguien anunciando que has ganado más diamantes que él.
Un gusto triste queda cuando notamos que por cuestiones de masividad el desafío se ha simplificado y vemos esa flecha que aparece sobre nuestro personaje diciendo “press E to open doors”. Recuerden esto: un aventurero en un dungeon, no tiene GPS.
martes, 18 de febrero de 2014
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